Las imágenes de este joven fotógrafo nos presentan un subjetivo vuelo por Cuba. En ellas encontramos un recorte selectivo de ciudades como La Habana, Santiago de Cuba, Trinidad y Matanza; envueltas en la revolución socialista de 1959 y por una experiencia de vida radicalmente diferente de las sociedades capitalistas globalizadas. Retratos de líderes como Fidel Castro, Che Guevara y Camilo Cienfuegos fundidos en las paredes; los magníficos edificios coloniales carcomidos por el tiempo; los automóviles arcaicos que circulan por las ciudades; las tiendas de víveres racionados; las prohibidas peleas de gallos y el retrato del pueblo cubano en sus vivencias cotidianas forman parte de esta muestra. Sus imágenes constituyen una importante documentación antropológica, que nos hace pensar sobre un país en un momento de transición y al mismo tiempo distante de las rutinas del mundo contemporáneo, que oscilan entre el consumo desenfrenado y la persistencia de tradiciones.