Treinta fotografías -una por día durante el transcurso de un mes- son alineadas en la pared; todas y cada una con la imagen del fotógrafo a manera de un autorretrato estructurado a partir de su vida cotidiana. Prácticamente iguales en un primer visionado, ciertamente singulares al observarlas con más detenimiento. Al final del recorrido de esta serie de imágenes, el espectador se encuentra con otro autorretrato del artista, esta vez dotado de movimiento, ya que el soporte no es el fotográfico sino el videográfico, donde el ritual de lo cotidiano ha desaparecido y el artista se expone sin artificio alguno. Es el punto de vista único y unívoco el que está cuestionado aquí, así como la verosimilitud del rol social con el propio individuo. John Berger escribía en un luminoso ensayo titulado “La imagen cambiante del hombre en el retrato” que “concentrarse en el `retrato´ significa aislar falsamente; supone que la superficie más externa contiene a la persona o al objeto, cuando en realidad somos plenamente conscientes del hecho de que nada se contiene a sí mismo”. La imagen multiplicada de Pilone es desmontada finalmente para abrirse al otro, en este caso, al espectador que recorre la instalación, dejando de ser imagen para convertirse en la posibilidad de una mirada respondida. Enrique Aguerre
Día a día
26 Noviembre, 2009 - 3 Enero, 2010
Organiza:
Museo Juan Manuel Blanes