Lugareños de Villa Serrana y aledaños retratados por un habitante intermitente del paisaje serrano. La serie traza un mapa afectivo, la cartografía de quien ha buscado reconocerse en un paisaje social que le es a la vez extraño y cercano. Un universo social rodeado de campo e inmerso en él, donde el hombre retratado entra en cuadro con animales a su flanco, con el mate de la mano, la herramienta, la tarea, la mirada paciente y llana suspendida ante el enigma del encuentro fotográfico. Porque todo retrato fotográfico es la imagen de una relación, y su fuerza emotiva radica más que en la mirada del retratado, en la manera en que esa mirada trasunta una conexión dada mientras se hace la foto. El juego de palabras del título invita a interpretar lo interior también en este sentido de intimidad representada, la definida por el momento de la toma, entre el fotógrafo y el retratado, y la referida al modo de vida de éste, a su cotidianeidad. El equilibrio entre estas dos modulaciones de lo íntimo es una posible clave de lectura de estos retratos cuyo sesgo documentalista y su evidente valor sociológico y antropológico no imperan sobre el proyecto; es decir, no se trata de un catálogo a lo Sander de los tipos serranos, sino del relato de un itinerario contemplativo a través de un paisaje humano. Majo Zubillaga