La búsqueda de identidad y el conocimiento de su transitoriedad permanecen intactos. Eso nos dicen las imágenes que Irene Castiglioni y Joaquina Guidobono presentan en sus respectivos trabajos ��Huellas de cambio” y “Tu voz de vuelta”. Con una óptica nacida de la madurez y aceptación de los efectos del paso del tiempo, Castiglioni explora el drama de Narciso con una nueva visión plena de femineidad. Su cámara se detiene en detalles autorreferenciales y nos remite a una indagación que no queda anclada en el embeleso de su reflejo. Por el contrario, cruza el límite que establecen las superficies reflejantes por ella elegidas para mostrarnos, con valentía, una belleza que reconoce como transitoria. Su lección, no por evidente deja de ser sugestiva: “Aquella fui, esta soy”, nos dice. “¿Quién y cómo (si acaso) seré?”, nos preguntan sus fotografías desde la certeza de su propia vulnerabilidad. Guidobono nos plantea preguntas a través de un personaje ciego, capaz de rememorar sus recuerdos gracias a los otros sentidos y nos fuerza a ver (sentir) un imaginario construido en base a la memoria que se esfuma, una identidad que se desvanece progresivamente, y que sólo puede recuperarse mediante un sonido, una fragancia o una experiencia táctil. En estas series fotográficas el protagonista oculto es el tiempo: bajo su influjo sabemos que el espejo nos defrauda y que la memoria nos abandona. Mientras tanto, la sensibilidad de ambas autoras nos convoca para reflexionar desde una perspectiva singular.