Por ahí escucho una voz que me dice: “ Siempre estamos en la búsqueda, la vida termina cuando dejamos de cuestionarnos para qué estamos.” Es cierto, no tenemos que tener miedo a hurgar, a revolver, porque vamos a encontrar de todo, cosas que sirven y otras que no. Nunca nos vamos a cansar, porque vamos a toparnos con muchos y diversos objetos. Con esta premisa creo haber encontrado el lugar ideal para mi trabajo LA FERIA DE TRISTÁN NARVAJA, lugar que siempre me atrapó, pero que al recorrerla con otra mirada, detrás de una cámara, me impactó de otra manera. Volver a ella domingo a domingo fue una experiencia muy movilizadora, ya que no sabía con que me iba a encontrar, pero al mismo tiempo apasionante. Por su gente, por su entorno, por sus aromas, por sus coloridos, por sus texturas y por tantas cosas más que revivo de mi pasado. Todas las preguntas que me he hecho sobre qué significa la fotografía para mí, qué quiero mostrar, para qué y para quién es mi trabajo, se fueron contestando. La fotografía es para mí alegría, placer, comunicación, mostrar a otros lo que no pueda, quizás, explicar con palabras. Con ella, pretendo mostrar el trabajo de la gente, su esfuerzo, sus logros y también las cosas que nos rodean a las cuales no damos importancia porque siempre están. Puedo pecar de egocentrismo si digo en primera instancia que el trabajo es para mí. Es al primero que tiene que conformar, agradar, convencer. Simultáneamente pienso en quienes están retratados. Con ellos lo fundamental debe ser que se vean reflejados sin sentirse invadidos. Por último pienso en quienes observen mi trabajo, en ellos deposito mi mayor deseo: “ QUE ME COMPRENDAN “ . Si logro que les guste, mejor aún.